Desde el inicio de la Guerra Civil española, pero especialmente a partir de enero de 1939, se sucedió una corriente migratoria hacia la frontera franco-española nunca vista antes en nuestra historia. Más de 400.000 españoles cruzaron la frontera francesa huyendo ante la posible victoria del fascismo.
La derrota de las defensas republicanas provocó el exilio de alrededor medio millón de españoles hacia la frontera norte del país, pero este no sería un camino fácil. Tenían la esperanza de recomponer sus vidas en libertad y sin embargo, se encontraron con un tremendo desorden provocado por la llegada de cientos de miles de refugiados a Francia y con una acogida precaria por parte de las autoridades de este país en un primero momento. Una de las medidas que mayor impacto provocó entre los huidos fue la separación y dispersión a la que fueron sometidos por las autoridades galas. Como consecuencia, los miembros de una misma familia fueron separados y alejados en territorio francés.1
La mayoría fueron amontonados en campos de refugiados en playas francesas como Argelès-Sur-Mer o Saint-Cyprien. Otros, fueron desplazados al interior francés. Como alternativa a la reclusión en los campos, muchos se alistaron en la Legión Extranjera o en las unidades de trabajadores adscritas a los Ingenieros del Ejército francés, formando las Compañías de Trabajadores Extranjeros (CTE).2

Los trabajos realizados por las CTE dependían del ejército y estaban encaminados a reforzar la defensa nacional: para la construcción de fortificaciones, trincheras, aeródromos o pistas de aterrizaje. También llevaron a cabo tareas como el mantenimiento de carreteras, la limpieza de bosques o la construcción de obras públicas, entre otras.
Tras la ocupación alemana de Francia durante el verano de 19403 y debido al emplazamiento geográfico asignado a las CTE en los sectores fronterizos, estos miles de españoles no pudieron hacer frente al avance alemán4. Muchos perdieron la vida y otros fueron hechos prisioneros e internados en Stalags5 al ser considerados prisioneros de guerra. Además, la Gestapo en colaboración con la policía franquista6 especificó cómo se debía proceder con los combatientes de la España republicana, de manera que no podían acogerse al Convenio de Ginebra de 19297 y pasaban de ser prisioneros de guerra a presos políticos.
Tratados como tal, fueron trasladados de los Stalag a los campos de concentración y exterminio. De esta forma, Alemania obtenía una importante mano de obra esclava y el régimen franquista extendía la represión a los republicanos huidos. Así, los republicanos españoles muertos en los campos de concentración nazis, más de 9.000, también se pueden considerar víctimas del franquismo, porque por su condición de “rojos” y de exiliados fueron considerados apátridas y acabaron siendo abandonados y algunos de ellos entregados a la Gestapo por la intervención directa de la Dictadura de Franco8.
Entre las víctimas del nazismo se encontraban veintidós sorianos. Naturales de varios lugares de la provincia, sus edades comprendían desde los 19 a los 51 años. Dedicados a distintas profesiones y con situaciones familiares diversas, todos sufrieron la persecución franquista, el exilio y la reclusión en campos de concentración nazis. La mayoría fueron asesinados, pocos lograron ser liberados y para otros ha quedado la duda de cuál fue su paradero o su final.
Diecisiete de ellos fueron recluidos en el campo de concentración de Mauthausen (Austria), calificado como el único campo de categoría III, la reservada a los campos con el régimen más duro. A él fueron deportadas casi 200.000 personas, allí trabajaban en la cantera, cuyas piedras se utilizaban para fortificar el propio campo, adoquinar las calles de numerosas ciudades austriacas y para construir los grandes edificios del III Reich9.

Imágenes y memoria de Mauthausen. https://amical-mauthausen.org
Entre 1941 y 1942 el campo adquirió el aspecto de una fortaleza. Los republicanos españoles empezaron a llegar a Mauthausen durante esta época y fueron destinados, entre otras tareas, a los trabajos derivados de esta ampliación10.
Como señala la asociación Amical de Mauthausen y otros campos y de todas las víctimas del nazismo de España: «Mauthausen fue el campo nazi donde fueron deportados más republicanos españoles: 7.533 identificados actualmente. De éstos, unos 5.000 hallaron la muerte durante su deportación, la mayor parte en el campo de Gusen, situado a 5 km del campo central; 457 fueron gaseados en el castillo de Hartheim; otros 339 fallecieron en el campo central; en Styer, 58; y el resto en diferentes comandos externos. El colectivo de los republicanos españoles fue identificado en Mauthausen con el triángulo azul que les clasificaba como apátridas sin que ningún Estado los reclamase como propios. La Gestapo los localizó en los stalags y se dispuso su deportación a Mauthausen en unos convoyes organizados exclusivamente para ellos».
Entre 1940 y 1941 llegaron a Mauthausen los sorianos detenidos:
Balbino Rincón Peñalba, nacido en Torremocha de Ayllón. Con 24 años llegó en el convoy procedente de Angulema en agosto de 1940, formado por casi un millar de hombres, jóvenes, mujeres y niños, siendo el primer transporte que desde Occidente deportó población civil hacia territorio del Reich11.
Virginio Martínez Montes nació en Magaña en 1906, de profesión campesino, provenía de una familia humilde dedicada a la agricultura tradicional. Al inicio de la Guerra trabajaba en Navarra como peón y fue denunciado ante la guardia civil de Soria (se desconocen los motivos). Según la guardia civil de Matalebreras, Virginio desapareció en 1936. La razón es que cuando fue la Guardia Civil a comunicarle la denuncia declaró que él no había hecho nada malo y pidió tres días para ir a Magaña a despedirse de su familia antes de presentarse en Soria. El comandante del puesto le concedió el permiso y Virginio aprovechó esos días para marcharse a Barcelona. Probablemente Virginio y su hermana Carmen cruzaron la frontera francesa. Carmen fue enviada a un campo de refugiados de mujeres del centro Francia y Virginio al campo de Argelés12. Además, es muy probable que estuviera incorporado en las CTE para el refuerzo del muro atlántico13.
En el convoy que lo llevaba desde el Stalag a Mauthausen coincidió con Rufino Martínez Aylagas, el cual nació en Cubo de la Sierra, hijo de Lucas y María. Llegó con 25 años al campo de concentración nazi. Gracias al testimonio de su sobrino-nieto sabemos que a Rufino le pilló la guerra haciendo el servicio militar obligatorio en Madrid. Cuando consiguió pasar a Francia pudo escribir varias cartas a sus familiares.
Junto a Virginio también detuvieron a Emilio Serrano Giménez natural de Agreda, alumno del Instituto Antonio Machado, abogado de profesión, vivió en Zaragoza y Málaga, hijo de Ignacia Giménez14. Pudo haber sido militar en el ejército republicano. Fue deportado a Mauthausen en junio de 1941, pero no sería el único campo en el que estaría, puesto que al año siguiente lo trasladaron a Dachau y dos años más tarde a Buchenwald. Desconocemos cuál fue su final.
Emeterio Vesperinas Íñigo era natural de Morales, estaba casado y llegó a Mauthausen con 29 años en 1940, al año siguiente fue trasladado a Gusen, de donde no volvería jamás. Junto a él partió Alberto Martínez Manso en el transporte que salió del Stalag IB Hohenstein junto a 165 republicanos españoles dirección Mauthausen tras tres días de viaje. Nacido en el Burgo de Osma, Alberto Martínez Manso era chofer de profesión y estaba casado, sin embargo, no volvería a ver su mujer Pilar, con la que vivía en Barcelona, ya que nunca abandonó este campo de concentración. Murió asesinado el 16 de diciembre de 1940 con tan solo 27 años.
Entre finales de 1940 y principios de 1941, la deportación tomó un nuevo impulso: ingresaron en Mauthausen más de 3.000 republicanos15. Entre ellos se encontraban el detenido en Trier, Santiago Romero Llorente, nacido en el Burgo de Osma en marzo de 1918. En la primavera de 1941 fue deportado a Mauthausen, de donde lo liberaron el 5 de marzo de 1945.
A partir de enero de 1941 se acelera el ritmo de las deportaciones de republicanos, un total de 2285 repartidos en tres transportes. En uno de ellos iban Ciro Redondo y Miguel Martinez Fraile junto a otros 775 republicanos españoles.
Ciro Redondo Gómez era de Taniñe. Fue detenido en Trier y deportado a Mauthausen con 30 años, de donde fue liberado. Miguel Martínez Frailenació en Arcos de Jalón un otoño de 1918, hijo de Andrés y Petra, de profesión telegrafista, era soltero y pasó parte de su vida en Sacedón, un pequeño pueblo de Guadalajara. Miguel fue deportado a Mauthausen el 25 de enero de 1941 y trasladado a Gusen en octubre del mismo año, donde fue asesinado dos meses más tarde.
Varios sorianos prisioneros en Sandbostel fueron trasladados juntos en el convoy que los llevó a Mauthausen. Jacinto de Miguel Mostajo fue uno de ellos, natural de Medinaceli, hijo de Celedonio y de profesión comerciante, era soltero y residía en Madrid. Jacinto llegó al campo austriaco en marzo de 1941, con 32 años. Un mes más tarde lo trasladaron a Gusen, donde murió asesinado el 5 de agosto de 1941. Junto a él estaban Víctor Martínez Crespo y Paulino Sáez Aguilera. Víctor Martínez Crespo estaba casado con Ángela Giménez y ambos residían en la provincia de Alicante. Era natural de Rebollar, de 43 años y militar de profesión. Es probable que perteneciese a la 102 o 102 Cía. de las CTE. Fue deportado a Mauthausen en marzo de 1941 y trasladado a Gusen, donde fue asesinado seis meses más tarde.
Paulino Sáez Aguilera, hijo de Isidra y nació en San Esteban de Gormaz en octubre de 1903. En este convoy en el que coincidieron los tres sorianos, con 253 españoles, encontraron la muerte un 70,9 % durante la deportación, concretamente 153 en Gusen y 17 en Hartheim16. Paulino pertenecería también a la misma Cía. de CTE que Víctor Martínez, dedicándose a trabajos de fortificación principalmente. Fue hecho prisionero en Sandbostel y deportado a Mauthausen en marzo de 1941. En junio del mismo año lo trasladaron a Gusen, donde lo asesinaron el 23 de febrero de 1942. Además, coincidiría en el convoy que lo llevó a los campos de concentración con Víctor Martínez Crespo y Jacinto de Miguel Mostajo.
En estos años de mayor impulso en la deportación de republicanos españoles llegaron también a Mauthausen: Mariano Pastor García, granjero, nacido en la capital soriana, soltero, residió durante algún tiempo en Madrid. Pertenecía a la CNT, con quién luchó como soldado en la Guerra Civil Española, incluso en febrero de 1938 pasó a luchar junto a las Brigadas Internacionales. Llegó al campo de concentración con apenas 21 años. Damián Gañán Rejas era de Fuentecambrón, hijo de Pedro y granjero de profesión, llegó a Mauthausen el verano de 1941 con 27 años. En octubre del mismo año lo trasladaron a Gusen, de donde no regresó jamás. Fue asesinado el 4 de diciembre de 1941.
Mauthausen fue, con Auschwitz, Buchenwald, Dachau, Flossenburg, Neuengamme, Sachsenhausen y Ravensbruck –este último de mujeres -, el término final de la odisea trágica de miles de españoles, hechos prisioneros por los nazis en Francia de 1940 a 194417. Así, tras la primera oleada de prisioneros españoles, cuyo recibimiento por parte del comandante Franz Ziereis fueron las palabras «habéis entrado por la puerta y saldréis por la chimenea del horno crematorio18«, continuaron llegando presos detenidos en Francia en su mayoría.
Entre ellos estaría Antonio Rodrigálvarez Jodra, maestro, natural de Utrilla, hijo del ferroviario Alejandro. A su llegada al campo tenía 24 años y dejaba a tres hijos. Fue asesinado, gaseado en Hartheim el 12 de octubre de 1942. Con él compartieron transporte: Julio Tomás Ortiz, de San Esteban de Gormaz, comerciante. Su familia fue fusilada durante la Guerra Civil y él fue deportado en diciembre de 1941 con 26 años. Fue liberado de Mauthausen en 1945, lo que le permitió formar una familia y seguir adelante. Y Domingo Riaguas Alonso, nacido en Alcozar el 4 de agosto de 1941. Participó en la Guerra Civil junto a los republicanos y huyó a Francia, encontrando allí destino junto a otros compañeros sorianos. Detenido y prisionero en XVII-B Krems-Gneixendorf (Austria). Fue liberado de Mauthausen por las tropas estadounidenses en 1945 y pudo continuar su vida en Francia.
La mayor parte de los republicanos de Mauthausen fueron destinados a la cantera que explotaban los propios SS, un esfuerzo agotador al que se añadía la tortura de los 186 peldaños que los prisioneros tenían que subir varias veces al día, cargados con pesadas piedras de granito. Otros 1.500 fueron obligados a acarrear piedras hasta las barcazas que navegaban por el Danubio o a excavar y aplanar los alrededores; y varios cientos fueron destinados a la ampliación del campo19 . De hecho, una forma de matar a un prisionero que no acarreaba suficientes piedras, era lanzarlo por un precipicio de más de 80 metros conocido como «el muro de los paracaidistas20«.
De los 17 sorianos que estuvieron en Mauthausen, cuatro fueron liberados por las tropas estadounidenses el 5 de marzo de 1945: Ciro Redondo Gómez, Santiago Romero Llorente, Julio Tomás Ortiz y Domingo Riaguas Alonso. Fueron algunos de los españoles que recibieron a las tropas bajo el lema «Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras».
Once de ellos fueron trasladados al cercano campo de concentración de Gusen21, uno a Dachau y Alberto Martínez Manso fue asesinado el 16 de diciembre de 1940 en el mismo Mauthausen, cuatro meses después de su ingreso en el campo de concentración.
Diez de los sorianos trasladados no sobrevivieron a Gusen. Allí fueron asesinados entre 1941 y 1943: Víctor Martínez Crespo, Mariano Pastor García, Damián Gañán Rejas, , Emeterio Vesperinas Iñigo, Jacinto de Miguel Mostajo, Miguel Martínez Fraile, Rufino Martínez Aylagas, Virginio Martínez Montes, Balbino Rincón Peñalba y Paulino Saez Aguilera.
El campo de concentración de Mauthausen-Gusen era un conjunto de campos de concentración y subcampos, situados alrededor de la pequeña localidad austríaca de Mauthausen22. Gusen se empezó a construir hacia 1939 porque el campo principal estaba saturado. Situado a 4km de Mauthausen, este campo llegó a tener hasta 8500 prisioneros a finales de 1941 y, aunque dependía de Mauthausen, funcionaba como un campo independiente23. Muchos españoles, entre ellos once sorianos, fueron trasladados a Gusen para trabajar en la trituradora de piedra en la cantera. Además, el clima era extremo. Allí perdieron la vida unos 3.900 españoles24.
«Aunque en Gusen el régimen disciplinario era menos duro que en Mauthausen, las condiciones de vida eran peores. La mayoría de los presos sólo aguantaba tres o cuatro meses con vida. Cuando el agotamiento se apoderaba de los prisioneros, se les trasladaba a la barraca de los inválidos. Allí… les daban la mitad de la ración, con lo cual la muerte llegaba antes. Así, los muertos, de todas las nacionalidades, se contaban por millares…25«

Cerca de Gusen estaba situado el castillo de Hartheim, un lugar del horror. Fue uno de los centros habilitados por los nazis para aplicar el programa de eutanasia o exterminio26. En Hartheim fueron asesinados unos 500 españoles, hombres debilitados que ya no podían trabajar, como fue el caso de Antonio Rodrigalvarez Jodra, que tras sobrevivir a Gusen su final fue el asesinato en una cámara de gas.
Pero los deportados sorianos no solo estuvieron en campos de concentración nazis en Austria, también en Alemania. Cándido Cabrerizo Alonso y el ya mencionado Emilio Serrano Giménez permanecieron en el campo de Dachau, un año el primero y dos años el segundo, entre 1942 y 1945.
Dachau, situado en las inmediaciones de Munich, fue el primer campo de concentración que se puso en funcionamiento27, en 1933 recién ascendido Hitler28 como Canciller de Alemania. Lo mandó construir Himmler29 y fue establecido para albergar a los comunistas, monárquicos, judíos influyentes, socialistas, nazis disidentes etc., es decir, todos los políticamente enemigos del régimen30.
Cándido Cabrerizo Alonso nació en Alcozar en septiembre del año 1893 en el seno de una familia de labradores, hijo de Benito y María. Se casó con Emeteria Modamia y tuvo cuatro hijos. En el momento de su detención, en 1944, vivía en Puy haut -Loire y se dedicaba a la minería. Lo deportaron a Dachau al mes siguiente de su detención, el 25 de julio de 1944.
De 720 hombres que componían el transporte en el que llegó, 299 murieron o desaparecieron y 350 llegaron vivos al campo. El convoy estaba compuesto de más de 20 nacionalidades. Allí fueron destinados a la producción económica de guerra del III Reich31. Al año siguiente fue liberado del subcampo de Kempten en abril de 1945. Desconocemos cuál fue su paradero.
Tampoco debemos olvidar que algunos de estos republicanos exiliados formaron parte de la resistencia francesa a la ocupación nazi, muchos de ellos dieron su vida defendiendo Francia. Su participación fue fundamentalmente por odio al nazismo alemán, pero hubo, además, otras razones, como la obligación de la incorporación en las CTE.
Una forma de librarse de deportaciones y del riesgo de que los alemanes les mandaran a trabajar a Alemania o lo que es peor a campos de exterminio, fue la incorporación a unidades de combate francesas o a la Resistencia Interior32.
Entre los deportados sorianos se encontraba el también resistente Vicente Borjabad Alguacil. Vicente nació el 28 de octubre de 1888 en Matute de Almazán (Soria). Su padre, Lino Borjabad Tarancón era maestro de primera enseñanza, natural de Barca (Soria). Su madre, María Alguacil Sanz, encargada de las labores del hogar, era natural de Cubillejo del Sitio (Guadalajara).
Ya en 1912, con tan solo 24 años, se le concede su primera medalla al mérito militar por el combate sostenido en el paso del río Kert y lomas de Tekerim (Melilla-África). Entonces comenzaría su gran trayectoria profesional en el cuerpo de las fuerzas de seguridad del Estado. Así, en 1916 ingresó en el cuerpo de Vigilantes de segunda clase.

Desde muy joven, Vicente emprendió su camino fuera de la provincia de Soria, desde que aprobó la oposición en Madrid vivió en distintos lugares, pero el más especial para él fue La Jonquera (Girona). Allí se casó en 1919 con su querida Adela, natural de Agullana (Girona). Adela Delforn Subirós y Vicente Borjabad Alguacil pasaron gran parte de su vida en La Jonquera, antes y después de su deportación, donde fueron muy queridos por sus vecinos.
También trabajó en Barcelona a partir de 1923 debido a su ascenso como Subcomisario de la Comisaría General de Fronteras y Puertos. Pero su trayectoria profesional no terminó ahí, pues en 1936, con 48 años, se convirtió en jefe de zona de la Comisaría General de Fronteras y Puertos de Barcelona33, puesto desde el cual consiguió ayudar a muchos republicanos españoles a huir de la Guerra Civil a través de la frontera francesa.
Lo siguiente que sabemos de él es que el 28 de febrero de 1939, recién aprobada la Ley de Responsabilidades Políticas34,por orden ministerial se decide depurar a los funcionarios públicos y se ordena la baja definitiva del Cuerpo de Investigación y Vigilancia del agente de primera Vicente Borjabad Alguacil. Su vida continuó en Francia entre 1939 y 1944, pues en el momento de su detención se encontraba en Compiegne, el 15 de julio de 1944. Vivía en Le Boulou (Pirineos Orientales) y era empleado del corcho en una manufactura que pertenecía a un cuñado suyo. Allí permaneció hasta su detención, desde donde, además, formó parte de la resistencia35 francesa a la ocupación nazi. A los tres días de estar prisionero en Compiegne (Francia) fue deportado a Neuengamme (Alemania) y volverían a trasladarlo a Sandbostel (Alemania) de donde fue liberado el 29 de abril de 1945.
El sábado 15 de julio de 1944 el tercer gran transporte con destino Neuengamme parte de Compiegne. Más de 1500 hombres en vagones de animales llegan a destino tres días después. El convoy tuvo que detenerse en diversas ocasiones debido a los numerosos bombardeos y por las tentativas de evasión. La mayoría de los deportados de este convoy eran miembros de la resistencia francesa y conocidos activistas, que fueron detenidos y capturados en diferentes ciudades de toda Francia, detenidos en combates directos con el Ejército Alemán36
En Neuengamme (cercano a Hamburgo) fueron encerrados un número reducido de españoles y era el campo de concentración más grande del noroeste de Alemania. Muchos de los prisioneros de este campo fueron traslados a Sandbostel (norte de Bremen).
Vicente Borjabad fue liberado del campo de Sandbostel en 1945 pero no pudo regresar a España hasta 1948 para reencontrarse con su mujer, debido a su delicado estado de salud. Falleció en La Jonquera el 17 de septiembre de 1957.
También fue prisionero en Compiegne Agustín García Ostriz, nacido en Matalebreras el 27 de mayo de 1894. Vivió con su mujer en Anglet, Aquitania37y durante su exilio francés fue obrero agrícola, hasta su detención a finales de 194338 en la operación “espuma de mar39” y a partir de ese momento permanecería en las prisiones de Bayona, Burdeos y finalmente Compiegne. Deportado a Buchenwald (Alemania) el 17 enero de 1944, donde fue trasladado en un convoy junto a 1506 franceses y 437 extranjeros, de los cuales 232 eran españoles40 entre los que se encontraban los sorianos Agustín Gimeno y Agustín García. El viaje duró tres días interrumpidos por varios intentos de fuga y la falta de aire en los vagones (en Compiegne eran introducidos cien hombres por vagón). Una vez llegados al campo de concentración se le registró como prisioneros políticos, le señalaron con el triángulo rojo y fue introducido en las zonas de cuarentena, un proceso habitual en el campo de Buchenwald. Agustín García Ostriz realizó trabajos forzados en la fábrica de armamento de Gustloff Werk II y en Gustloff Werk I (en Weimar)41. Posteriormente fue llevado de nuevo a Buchenwald debido a la entrada de las tropas norteamericanas y desde allí presenciaría la liberación del campo el 11 de abril de 1944, entonces tenía 51 años. Agustín sobrevivió al horror que así expresaba el primer oficial aliado42 que entró en Buchenwald: “esos hombres ya nada tienen de humano, no teniendo ya torso ni nalgas, sino tan solo brazos y piernas. Solo los ojos y las mandíbulas conservan su aspecto humano…”.
El campo de Buchenwald fue construido en julio de 1937 y fue el que albergó un mayor número de presos en la primera etapa del Tercer Reich. Al principio estuvo destinado a miembros de la resistencia. Aunque no era técnicamente un campo de exterminio, si se produjo un extraordinario número de muertes, cuya causa principal fue la enfermedad debido a las duras condiciones del campo y el hambre. Además, muchos presos murieron debido a la experimentación humana o fueron víctimas de asesinatos por miembros de los guardias de las SS43. En este campo de concentración alemán también estuvo recluido el soriano Emilio Serrano Giménez, cuyo final desconocemos.

Agustín Gimeno Escalada, nacido en Soria el 9 de septiembre de 1909, hijo de Ramona, coincidió con Agustín García en el convoy que lo trasladó de Compiegne (donde fue hecho prisionero el 17 de enero de 1944) a Buchenwald, deportado el 19 de enero de 1944. Durante su exilio francés trabajó como camarero, aunque era metalúrgico y carpintero44.
Un mes después de ser trasladado al campo alemán fue llevado a Flossenburg(Baviera, Alemania) junto a otros 300 hombres que fueron repartidos en diferentes comandos de trabajo destinados a la producción de fuselaje45. En este campo hubo más de 4000 presos, más de la mitad presos políticos46. Pero aquí no terminó el horror para Agustín Gimeno, pues el 24 de julio de 1944 fue trasladado de nuevo, esta vez a Janowitz47 (Jasenovac) (Croacia), donde era el único español.
El campo de Jasenovac48 fue construido quince meses después que Auschwitz y era considerado campo de exterminio. Este campo incluía un campamento para niños y otro para mujeres. Allí serían ejecutadas unas 600000 personas, entre ellas más de 20000 niños. Desconocemos cuál fue el final de Agustín Gimeno, tenía 36 años.
Martín Tello Isla nació en Ólvega el 21 de noviembre de 1908, hijo de Manuel y Viviana, era carpintero de profesión y su nacionalidad era francesa, pues emigró muy joven. No obstante, Martín volvió temporalmente a la provincia de Soria para trabajar en la construcción del pantano de la Cuerda del Pozo49(1941). Fue detenido en Roquefort50 (Pirineos franceses) y hecho prisionero en Compiegne el 21 de mayo de 1944, algunos datos indican que pudo pertenecer a la resistencia francesa. Un mes más tarde lo trasladaron al campo de Neuengamme (Alemania), pero no coincidiría con el también soriano Vicente Borjabad Alguacil porque Martín volvió a ser traslado de campo del 1 julio del mismo año para ingresar en Sachsenhausen (cercano a Berlín, Alemania), donde lo clasificaron como preso político señalándolo con el triángulo rojo51.
El campo de Sachsenhausen fue fundado en julio de 1936 y fue destinado principalmente a presos políticos, además, por su cercanía a Berlín fue el centro de entrenamiento para oficiales de las SS. Ejecutaron principalmente a prisioneros de guerra soviéticos y a algunos judíos, aunque no era considerado campo de exterminio, pues en 1942 los judíos fueron trasladados a Auschwitz. Más de 200000 personas fueron encarceladas en este campo de concentración, donde eran obligados a trabajar como mano de obra esclava en las empresas de las SS y para la industria armamentística alemana. Allí miles de prisioneros murieron de hambre, enfermedades, malos tratos y operaciones de exterminio, sobre todo a partir de 194152.
Probablemente Martín Tello fue trasladado a Buchenwald y a partir de ese momento desconocemos cuál fue su final, tenía 37 años. Su familia no conoció la historia de su vida durante el Holocausto, pues pensaban que había fallecido en una operación de la resistencia francesa. Su padre recibió algunas de las pertenencias que Martín había dejado en su piso de París53.
Los españoles en Buchenwald eran pocos, unos 300 que habían sido detenidos por la Gestapo en la Resistencia Francesa, entre ellos varios sorianos que coincidirían con el intelectual y político Jorge Semprún54.
También debemos recordar que hubo sorianos en otros campos de concentración, como fue el caso de Gonzalo Barrena Blanco, quien estuvo recluido en un gulag55 tras haber desertado de la División Azul56 para pasar al bando soviético.
Por otro lado, nos hemos encontrado con varios errores a la hora de saber quiénes fueron los sorianos deportados a campos de concentración nazis. En la obra de Benito Bermejo y Sandra Checa «Libro Memorial. Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945)» consta Ernesto Susagna como natural de Almenar (Soria), pero realmente era de Almenar (Lleida), como ya hicimos constar en artículos anteriores.
La publicación del BOE del 9 de agosto de 2019 anunciaba el listado de españoles fallecidos en los campos de concentración de Mauthausen y Gusen, pero también aquí encontramos fallos, pues aparecen dos hombres como naturales de la provincia de Soria, cuando en realidad se trata de dos extremeños: José Giménez López (Fuentecantos) y Antonio Hernández Rodríguez (Berlanga). A su vez, no se ha transcrito bien el apellido Aylagas57(aparece como Ailagas).
También encontramos desajustes en alguna de las fichas que nos facilitaron desde los Archivos Arolsen, como es el caso de Agustín García a quién han podido confundir con Agustín Viruel García (natural de Ubrique Cádiz), puesto que es suya la ficha que nos hicieron llegar58 por error.
Desde la Asociación Recuerdo y Dignidad hemos realizado una intensa investigación acerca de los deportados sorianos a campos de concentración nazis además de centrarnos, a su vez, en la búsqueda de sus familiares y así poder reunirlos en una conmemoración para la instalación de 22 stolpersteine59 en la capital soriana.
Gracias a los archivos españoles, franceses y alemanes hemos podido reconstruir aspectos de la historia de los deportados sorianos. Los Archivos Arolsen60 (Centro Internacional de la Persecución Nazi) nos facilitan fichas, documentos personales de clasificación provenientes de los campos de concentración, así como las pertenencias de Vicente Borjabad Alguacil. Los Archivos de la Secretaría General para la Administración de Francia61 aportan documentos sobre los resistentes sorianos a la ocupación nazi. También en Francia el Mémorial Compiegne62 nos ha facilitado datos fundamentales.
En España hemos podido contar con documentación facilitada por: Archivo General Militar de Guadalajara, Centro Documental de la Memoria Histórica, Archivo del Ministerio del Interior y el Archivo Histórico de Girona entre otros.
Así mismo, esta investigación no habría sido posible sin la colaboración de otros investigadores, familiares, asociaciones e instituciones: Asociación de Amigos de Alcozar, Antonio Muñoz, Elena Heras Fernández, María Torres, Julián Vadillo, Registros Civiles de la provincia de Soria y La Jonquera, Museu Memorial de l’ exili63 (La Jonquera), I.E.S Antonio Machado (Soria) y AMICAL de Mauthausen64.