En julio de 1932, iniciaba su periplo nacional el grupo de teatro “La Barraca”, dirigido por el reconocido poeta granadino Federico García Lorca, enmarcado dentro de la llamada “Generación del 27”. El lugar elegido para iniciar su gira estatal fue la provincia de Soria, más concretamente el Burgo de Osma. Allí, el 10 de julio, hace exactamente 90 años, tuvo lugar su debut con tres entremeses de Cervantes
El alma que dio forma a La Barraca fue Federico García Lorca. Mucho se puede contar de él, pero es difícil hacerle justicia. Nació en Fuente Vaqueros, en la provincia de Granada, pero pronto se trasladó a la capital con su familia, donde cursó Bachillerato. Más tarde decidió estudiar Filosofía y Letras en su Granada natal, pero acabó abandonando la carrera. Posteriormente se trasladó a Madrid para probar de nuevo los estudios universitarios, en este caso la carrera de Derecho, y se instaló en la Residencia de Estudiantes de Madrid. Esta institución acogió a buena parte de los grandes artistas, literatos y científicos españoles de la primera mitad del siglo XX. Por ello, no es de extrañar que allí coincidiera con numerosos escritores y artistas reconocidos de ambos géneros, como por ejemplo Salvador Dalí, Luis Buñuel, Maruja Mallo o Margarita Manso.
En 1920 estrenó su primera obra teatral, El maleficio de la mariposa, que pasó desapercibida, y ya en 1927 obtuvo su primer éxito con María Pineda. Pero pese a su grandeza como dramaturgo y poeta, Lorca también es recordado por estar al frente de una de las hazañas culturales más osadas e increíbles de la historia de España. Hace 90 años, en 1932, fundó el Teatro Universitario “La Barraca”.1 Este grupo de teatro, que estuvo bajo su dirección hasta 1935, tenía como objetivo dar a conocer las obras de teatro clásico por todos los rincones del ámbito rural español.
Lorca dirigió La Barraca junto a Eduardo Ugarte durante buena parte de los años de la II República. Sus objetivos y funcionamiento podrían ser encuadrados dentro del proyecto de las Misiones Pedagógicas, patrocinadas por el Ministerio de Instrucción Pública a partir de la Institución Libre de Enseñanza, cuyo objetivo era acercar la cultura y la educación a los lugares más recónditos del país, aumentando así la alfabetización y culturización de todos los ciudadanos, especialmente de los hasta entonces olvidados habitantes del mundo rural.
Pese a la grandeza de sus objetivos, y como lamentablemente cabía esperar, este proyecto también recibió multitud de críticas y sabotajes por grupos derechistas, lo cual no impidió que la gira de La Barraca fuera un éxito.
EL BURGO DE OSMA
Curiosamente, la primera actuación de La Barraca tuvo lugar en la provincia de Soria, en el Burgo de Osma, el 10 de julio de 1932. El grupo de teatro viajaba con un escenario portátil, decorados y demás utillaje y en compañía de los estudiantes-actores. La actuación en la plaza del Burgo de Osma fue todo un éxito, incluso se decía que “…los balcones parece que no podían con tanto peso y se inclinaban también para ver mejor2”. Las obras representadas fueron La Cueva de Salamanca, Los dos habladores y La guarda, todas de Miguel de Cervantes.
SAN LEONARDO
Al día siguiente, el 11 de julio, visitaron San Leonardo, pero la obra se tuvo que suspender debido a la lluvia. El día 12 llegaron a Vinuesa, donde varios estudiantes-actores fueron increpados. Al principio se produjo una reacción hostil por parte de los vecinos hacia el grupo de teatro, pero ésta se suavizó tras la actuación, incluso llegando a alabar las representaciones.
SORIA CAPITAL
El miércoles 13 de julio llegaron a la capital soriana. Aunque las representaciones solían ser al aire libre, el mal tiempo no permitió la actuación en la plaza y la representación se llevó a cabo en el Teatro Principal. Pese al firme compromiso de los miembros de La Barraca con la gratuidad de su labor, alguien de la capital decidió que se cobrara entrada para el visionado de esta actuación, con el consiguiente escándalo. Por ello, al día siguiente reprodujeron otra función gratuita en el ábside de la iglesia románica de San Juan de Duero. En esta ocasión la obra elegida fue “La vida es sueño” de Calderón de la Barca. En esta ocasión tampoco la suerte acompañó a La Barraca, ya que un grupo de militantes carlistas llegados desde Madrid boicoteó la obra e insultó a los actores.
ALMAZÁN
La siguiente función tuvo lugar en Almazán, el 14 de julio. El escenario fue instalado en la Plaza Mayor, frente a la iglesia de San Miguel, del siglo XII y recién nombrada por aquel entonces monumento histórico-artístico del tesoro nacional. Un hecho curioso a destacar es que esta iglesia se convertiría cuatro años más tarde en la cárcel de la villa durante la Guerra Civil, la mayor de toda la provincia y por donde pasaron buena parte de los represaliados de Soria. La representación comenzó en la Plaza Mayor, pero comenzó a llover poco después del inicio. Sin embargo, no fue motivo para la suspensión de la obra, puesto que el público permaneció en su sitio hasta el final, expectante, emocionado y concentrado en la representación que se estaba llevando a cabo en el escenario de la plaza de su pueblo. El propio Lorca rememoraba tiempo después desde América hasta qué punto le había conmovido la reacción del público y la comunión con la obra, dando un sentido casi místico a la labor que realizaban.
Además de los vecinos de la villa, disfrutaron de la obra el ministro Fernando de los Ríos (sobrino de Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza) y el poeta de la Generación del 27 Dámaso Alonso
ÁGREDA
Al día siguiente, el 15 de julio, La Barraca finalizó su ruta por tierras sorianas de una forma exitosa en Ágreda, al este de la provincia, y emprendió el camino hacia Madrid.
No es casualidad que hace 90 años Federico García Lorca y el grupo de teatro La Barraca decidieran iniciar en la provincia de Soria su intento por mejorar la cultura y la educación del mundo rural, siempre olvidado y relegado por las autoridades de los gobiernos anteriores a la II República. Poeta, dramaturgo, intelectual, comprometido con la sociedad de su tiempo, Federico García Lorca formó parte de los principales movimientos culturales de su época junto a numerosos artistas y también amigos, que unidos en un mismo tesón, lucharon por construir un país mejor, en muchos casos pagando un alto coste.
Su vida fue truncada en agosto de 1936, cuando estando en Granada fue detenido y fusilado3. Lo mataron por sus ideales humanos, igualitarios, hermosos; y por su imperdonable intento de acercar la cultura y el conocimiento a los que, a ojos de algunos, no debían tener acceso a ellos. Todavía hoy se desconoce el paradero de sus restos.
Desde la Asociación Recuerdo y Dignidad queremos rendir homenaje a Federico García Lorca y a La Barraca en el 90º aniversario de su visita a la provincia de Soria, así como expresar nuestro más profundo agradecimiento por hacer de la cultura un bien universal y necesario y por luchar por esa España que pudo haber sido y que no fue, sacrificando su vida en el camino. A ellos les debemos ser lo que somos y saber por qué luchamos, y no lo olvidamos.
«¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una pal abra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fiódor Dostoievski , padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida».
El teatro es poesía que se sale del libro para hacerse humana. Y al hacerse humana habla y grita, llora y se desespera.